Redescubriendo a Dickens

De vuelta a los clásicos con Canción de Navidad

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Por razones que no vienen al caso, las dos últimas Navidades habían pasado por mi puerta un poco sin pena ni gloria, a pesar de ser una época que me gusta y me hace ilusión. Así que este año, felizmente instalada en mi nueva casa, decidí que iba a dedicar tiempo a vivirla, sobre todo por ser la primera que paso en el que considero mi hogar definitivo. Hice una lista y todo: una bufanda navideña para el perro (me gusta hacer punto), lista de películas ñoñas y hasta infantiles, incluyendo «El Grinch» con Jim Carey, decoración navideña de la casa con especial cariño en el árbol de Navidad y polvorones y turrones, como mínimo, que es lo suyo. Y escogiendo películas recordé la soberbia adaptación de Canción de Navidad de la BBC, que es la mejor versión que he visto de esta historia y una obra de arte hecha serie, y caí en la cuenta de que, si bien he visto diversas versiones televisadas y conozco el argumento a la perfección, nunca he leído el original de Dickens.

Es decir, un caso grave de «he visto la película pero no he leído el libro».

¡¡¡AAAAAAAAAHHHHH!!!

Obviamente, leer el original de Dickens pasó al número uno de mi lista de prioridades navideñas, y al respecto puedo decir que es una pasada. Incluso conociendo al dedillo la historia y lo que va a pasar después, el libro engancha como el mejor de los bestsellers. Las descripciones de Dickens te sitúan en el mismísimo Londres victoriano con tal realismo que te parece estar allí mismo, delante de Ebenezer Scrooge y los tres fantasmas (cuatro, si contamos el de Marley) y no sólo eso, la transición de acontecimientos sobrenaturales, tal como los detalla, te hacen pensar en los mejores efectos especiales de cualquier adaptación moderna. Dickens no sólo era un escritor maravilloso, también tenía una imaginación portentosa y la capacidad enorme de trasladar sus visiones al lector a través del papel.

En conclusión, recomiendo la lectura de este clásico, que además no es muy extenso, al cien por cien. Yo guardaba un ejemplar en inglés que jamás leí y he rescatado del baúl de mis antigüedades personales, una edición bastante bonita que incluye otras tres novelas de Dickens, así que me animé a leerlo en versión original. A pesar de que la experiencia es lógicamente algo distinta que en tu idioma nativo, lo he disfrutado muchísimo. No descarto releerlo en español de la mano de una buena traducción en algún momento. No sé, ¿quizá la Navidad que viene?

La lectura de Canción de Navidad me ha llevado a recordar cuánto disfrutaba los libros de Dickens, que en el pasado fue uno de mis autores favoritos. Es un escritor ameno, con un carácter social muy marcado (de hecho se le considera el creador de la novela social), unas historias interesantísimas, una ternura innegable y un humor muy fino. Y recordando lo que había olvidado, y estando a las puertas del nuevo año, y siendo una lectora ávida y además bloguera, se me ha ocurrido una idea para este blog. ¿Y si dedico cada año a un autor y empleo parte de mi tiempo de lectura en su obra? ¿Digamos, por ejemplo, siendo prudentes, tres libros cada año? Me convence la idea. Y por supuesto, 2023 es para Dickens.

Mi tesoro del baúl de los recuerdos
Mis disculpas por la calidad de la imagen.
Está claro que la fotografía no es mi don.