«And Just Like That…» llegaron los 50

Una serie que da mucho que pensar

¡¡¡SPOILER ALERT!!! Como todas las reseñas sobre series, esta puede contener detalles sobre la trama que quizá no te apetezca conocer antes de verla.

Photo by Nout Gons on Pexels.com

Reconozco que no tenía grandes expectativas sobre la continuación de la saga Sexo en Nueva York. Había visto en las noticias fotos de las actrices con veinticinco años más y la misma pinta estrafalaria que a Carrie Bradshaw le quedaba tan bien en la treintena, pero que llevada a los cincuenta sin la actitud apropiada puede rozar la peligrosa línea del esperpento. Mucho me temía encontrarme con otro alegato en contra de la aceptación del envejecimiento y la evolución personal que inevitablemente trae consigo la edad. Nada más lejos de la realidad.

Si hay un mensaje que se repite es «somos mayores», «hemos envejecido» y «ya no somos los mismos». Esto es algo que me ha sorprendido gratamente, no porque me encante la idea de envejecer, sino porque soy una ferviente convencida de que hay que aceptarlo con valentía y personalidad. Lo segundo lo digo por la campaña que se ha desplegado desde tiempos inmemoriales en contra de la edad y a favor de luchar contra lo imposible, mediante la negación, la inversión en una cosmética que no puede hacer milagros, aunque los venda, y lo que es peor, el bisturí. Por no hablar de la manía de ensalzar la juventud y tratar la edad madura como si en lugar del desarrollo biológico normal del individuo, fuera una especie de enfermedad que traemos de serie y de la que somos culpables por no aniquilarla mediante los métodos arriba descritos. Buena suerte a los que se dejen convencer de ello.

En el lado positivo de la cuestión, es cierto que en los últimos tiempos hay personas que se dedican a difundir el mensaje contrario en las redes. En ocasiones, como el caso concreto de una cuenta que sigo en Instagram, porque han padecido la atrocidad que supone someter a tu propio cuerpo a dolorosas intervenciones que no necesita. Pero las críticas salvajes que ha recibido Sarah Jessica Parker por mostrar su edad sin tapujos demuestra que queda mucho camino por recorrer. Por eso pienso que And Just Like That tiene un valor que va mucho más allá del entretenimiento, sobre todo teniendo en cuenta el enfoque tan distinto (y divertido, todo hay que decirlo) de su origen Sexo en Nueva York.

Si alguna crítica tengo sobre esta serie, es la insistencia, algo excesiva para mi gusto, del mensaje que acabo de exponer, sobre todo en el primer capítulo. Hasta cierto punto es lógico, para manejar de forma adecuada las expectativas de los fans de Sexo en Nueva York. Pero como digo, la incidencia en el mensaje es un pelín excesiva. Porque me van a perdonar, pero los cincuenta años no son tercera edad y en ese punto de la vida todavía no se sale a pasear con el taca-taca, que es poco menos lo que le falta a alguno de los personajes. Como Steve Brady, el marido de Miranda, que luce una sordera galopante y una voz rasgada más propia de los ciento cinco años que de la todavía moderada quinta década de edad. Y si bien es cierto que a los cincuenta, dependiendo en gran medida de la forma física de la persona, el riesgo de quedarse seco por un exceso deportivo seguramente es mayor, no lo es menos que eso mismo le puede pasar a alguien de treinta.

Dicho lo cual, otra cosa que me ha sorprendido gratamente es que no estoy de acuerdo con el mensaje de «ya no somos los mismos». Esto es algo que defiendo, que las personas sí son las mismas, pero evolucionan. Tú eres tú con treinta, con cuarenta, con cincuenta y con cien años. ¿Qué cambias? Sí. Físicamente y también en lo personal. Pero tu esencia como individuo permanece, y eso es algo que se ve sobre todo en Carrie. No es la Carrie de los noventa, es la Carrie del 2021, pero es inconfundiblemente Carrie. Y ese es otro mensaje que la serie ni siquiera busca dar pero paradójicamente, no puede evitar mostrar. Aunque para verlo haya que mirar más allá de los Manolos.

Cuéntame qué te ha parecido en Twitter: @Fortuna_Lago

Deja un comentario